La Cumbre Climática y sus consecuencias para España

La Comisión Europea llega a la Cumbre Climática convocada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. El Ejecutivo comunitario ha sido capaz de alcanzar un acuerdo con el Parlamento Europeo que consagra el objetivo de reducción de emisiones en un 55% para el año 2030. Los líderes europeos podrán reclamar un nivel de compromiso similar a los otros grandes bloques económicos -EEUU y China- o defender, en su caso, su plan de crear una tasa que iguale el terreno de juego para las industrias frente a las importaciones desde países emisores y cuyo rechazo ya ha sido verbalizado por parte de la Casa Blanca.

La propuesta europea se queda lejos del intento del Parlamento Europeo de alcanzar una reducción del 60% pero se llevan bajo el brazo el compromiso de buscar un 57% a través de un mayor compromiso para los sumideros de CO2.

La futura Ley del Clima vendrá acompañada este próximo mes de junio de un importante paquete legislativo en el que se espera que se acometan reformas clave en áreas como el ahorro de energía, el impulso del transporte limpio, medidas para frenar la importación de productos que impulsen la deforestación y una reforma del mecanismo de comercio de derechos de emisiones. Este último punto se está convirtiendo en un auténtico clamor para los sectores industriales a tenor de los elevados precios que está marcando este mercado durante el año (ha pasado de los 21 euros a los 46 euros por tonelada).

Otra de las medidas claves es la taxonomía. En el primer texto publicado no se permite que la producción de energía a través del gas se etiquete como inversión sostenible. Sin embargo, la UE ha dicho que volverá a tratar esta cuestión, junto con la nuclear, abriendo potencialmente la puerta para que ambas sean consideradas sostenibles. China, Reino Unido y Japón están trabajando en medidas similares lo que puede acabar convirtiéndose en una guía de funcionamiento para el sector financiero mundial y en una herramienta que haga despegar de forma notable la inversión sostenible.

La guerra contra el cambio climático avanza y, poco a poco, está logrando unificar a un mayor grupo de países. Se espera que Japón, Estados Unidos y Canadá mejoren sus objetivos de cara a la COP26 y Biden ha logrado arrancar a China en menos de cien días de mandato el compromiso de colaborar para intensificar la reducción de emisiones por parte de los dos países más contaminantes del planeta.

Todos estos pasos adelante además tendrán una consecuencia directa en España. El Gobierno aprobó recientemente la versión definitiva del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima y pese a que sus objetivos ya eran más ambiciosos de lo previsto, se tendrá que revisar para ampliar su alcance y facilitar los objetivos de la UE. El departamento de Teresa Ribera además ha completado el corpus legislativo necesario para dar un impulso a las renovables con la creación de los mercados de capacidad y los nuevos sistemas para dar una mayor entrada a los puntos de conexión.